Los manuales escolares de la Biblioteca del Centro de Recursos, Interpretación y Estudios de la Escuela no solamente constituyen un importante testimonio de los contenidos que sirvieron a los niños y niñas de otras épocas para aprender cosas, sino que deben ser un recurso didáctico utilizable en la actualidad. Con "El libro de la semana" queremos al profesorado, a alumnos universitarios y a todos los interesados en general darles pistas para ese posible uso actual. ©

.
Allá por el mes de enero de este año comentamos el manual de C. B. Nualart titulado Lecciones de Cosas (Libro Tercero). Este género de manuales escolares llamado de “lecciones de cosas”, bajo este título exacto u otros similares, se publicó en España durante décadas y fue muy utilizado en las escuelas. Sin duda, más adelante tendremos ocasión de traer a “El libro de la semana” algún otro manual perteneciente a este género.
Pero esta semana vamos a presentar un libro que sirve como justificante teórico de la utilidad didáctica de los manuales de lecciones de cosas.
Su autor es don Pedro de Alcántara García, conocido pedagogo del último cuarto del siglo XIX y comienzos del XX.
Pedro de Alcántara García Navarro nace en Córdoba en 1842 y fallece en Madrid en 1906. Maestro por la Escuela Normal de Maestros de Córdoba y profesor normalista por la Escuela Normal Central de Maestros de Madrid, ocupó diversos cargos en la Administración (entre otros, fue secretario del Museo Pedagógico Nacional) y tuvo una destacada actividad periodística. En 1876, fue nombrado profesor de Pedagogía especial de párvulos por el sistema Fröbel en las Escuelas Normales Centrales de Maestros y Maestras. Organizador y participante en múltiples congresos pedagógicos, entre otros del Congreso Nacional Pedagógico de 1882.
Entre sus numerosas obras, destacaremos las siguientes:
-Fröbel y los jardines de infancia (1874)
-Teoría y práctica de la educación y la enseñanza (1879-1889) (8 vols.)
-Prolegómenos a la antropología pedagógica (1880)
-La educación popular (1881)
-Educación intuitiva y lecciones de cosas (1881). 2.ª ed.: Educación intuitiva, lecciones de cosas y excursiones escolares (1902), reformada y ampliada
-Nueva moral práctica (1885)
-De las teorías modernas acerca de la educación física (1886)
-Tratado de higiene escolar (1886)
-El método activo en la enseñanza (1891)
-Compendio de pedagogía teórico-práctica (1891)
-Tratado de pedagogía (1895)
-La educación estética y la enseñanza artística en las escuelas (1888)
-La enseñanza del trabajo manual en las escuelas primarias y las Normales (1903)
Además, señalar que fundó en 1891 la revista, considerada como la más importante publicación pedagógica española de enseñanza primaria de la época, La Escuela Moderna, dirigiéndola hasta su fallecimiento.
Como decíamos al principio, el libro de esta semana pretende justificar el uso pedagógico de las lecciones de cosas, para lo que, en la primera parte del mismo, nos describe Pedro de Alcántara García cómo es el proceso de desarrollo intelectual del niño y la importancia de los sentidos corporales en él, la curiosidad, la imitación y el deseo de saber y su inclinación hacia la naturaleza. A continuación, nos explica el fundamental papel de la intuición en ese desarrollo, tomando como referentes a importantes pedagogos de la historia que lo han resaltado, entre ellos a Pestalozzi.
Y serían las lecciones de cosas, como aplicación de la enseñanza intuitiva natural, un apropiado ejercicio para despertar a los niños a la vida de la inteligencia. Así, nos dice García Navarro en las pp. 69-70: “Las lecciones de cosas que, según se ha visto, no son más que una enseñanza intuitiva, se pueden y deben considerar desde los tres puntos de vista que se expusieron en los respectivos capítulos, al tratar de la enseñanza y de la intuición, á saber: 1.º, el desenvolvimiento de las facultades intelectuales; 2.º, la cultura de las facultades morales, y 3.º, la adquisición de conocimientos.
Á estos puntos de vista hay que agregar otro importante, cual es el de la formación del lenguaje, en cuanto que, mediante las lecciones de cosas, pueden suministrarse al niño, natural y gradualmente, las palabras de que tenga necesidad para expresar las ideas que vaya adquiriendo y los pensamientos que éstas le sugieran…”
Desgrana después el autor las condiciones para que el uso pedagógico de las lecciones de cosas y de las excursiones educativas sea eficaz.
Por último, señalar que dedica muchas páginas a hablar del papel que pueden desempeñar en esta enseñanza intuitiva los Museos escolares o Museos tecnológicos en las escuelas (láminas de Historia sagrada, profana y natural; de artes y oficios, de industrias, etc.; cajas para las lecciones de cosas; colecciones de minerales, de botánica, de zoología; instrumentos de Física, de Geografía, de Agricultura y de Agrimensura). También la importancia de la realización de fotografías, el uso de aparatos de proyecciones luminosas y el de microscopios.
En los capítulos VIII a X da ya ejemplos específicos para trabajar con los niños usando el método intuitivo y, en concreto, las lecciones de cosas. Para reflexionar, en el último capítulo, sobre la importancia de considerar al niño como agente activo de su educación.
© de los textos: José Antonio González de la Torre
© de los textos: CRIEME
© de las imágenes: CRIEME