Los manuales escolares de la Biblioteca del Centro de Recursos, Interpretación y Estudios de la Escuela no solamente constituyen un importante testimonio de los contenidos que sirvieron a los niños y niñas de otras épocas para aprender cosas, sino que deben ser un recurso didáctico utilizable en la actualidad. Con "El libro de la semana" queremos al profesorado, a alumnos universitarios y a todos los interesados en general darles pistas para ese posible uso actual. ©

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Retomamos la presentación de manuales escolares que dejamos antes de las vacaciones de Semana Santa con El Quijote.
Y lo hacemos con un curioso libro editado en Pamplona en 1941: El Segundo Catecismo de la Escuela Rural: La Agricultura al alcance de todos.
Ha llegado este libro a nuestro centro gracias a la donación realizada hace tan solo unos días por Guillermo Iriarte Aranaz, actual Responsable de Información y Nuevas Tecnologías del Centro de Recursos de Educación Especial de Navarra, con sede en Pamplona.
Y decimos que el libro posee cierta curiosidad ya que, según nos indica Guillermo Iriarte, fue el primero que la Junta Superior de Educación de Navarra aprobó después de la Guerra Civil.
Esta Junta Superior de Educación lo impuso como obligatorio para todas las escuelas, “de niños, nacionales, municipales y privadas de Navarra.”
Ya vimos, al comentar allá por el mes de abril un catecismo de agricultura de la editorial Saturnino Calleja, la importancia que en España, desde finales del XIX (merced a la Ley de 1 de agosto de 1876 que establecía como obligatoria la enseñanza de una Cartilla agraria) y hasta mediado el XX tuvieron estos manuales específicos.
El autor del de esta semana es Daniel Nagore Nagore, Ingeniero Director de Agricultura y Ganadería de la Diputación de Navarra y Profesor de la Escuela provincial de Peritos agrícolas, muy afecto al nuevo régimen recién instaurado.
Fue alcalde de Pamplona entre 1944 y 1946 y, por ello, también Procurador en Cortes en Madrid durante ese mismo periodo.
No era alguien nuevo en la redacción de manuales escolares de agricultura, ya que en el año 1929 ganó el Concurso de textos oficiales para el Bachillerato universitario (año común) convocado por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, siendo Ministro don Eduardo Callejo, dentro del apartado de libros de Agricultura. En la resolución se lee que, por unanimidad, se concedía al manual de Agricultura de Nagore presentado bajo el lema “In sudore vultus” la cantidad de veinticinco mil pesetas de premio y el ser declarado texto oficial para los estudios del Bachillerato en los Institutos Nacionales de Segunda enseñanza.
El libro apareció en el mercado en 1930 con el título de Tratado elemental de Agricultura, publicado por el propio Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Sus contenidos responden a los siguientes epígrafes: ciencia, tecnología, meteorología, climatología, agronomía, agrología, biología agrícola, jardinería, horticultura, arboricultura, cultivos, cereales, frutales, herbicultura, vegetales, zootecnia, industria y economía.
Pero, volviendo ya al que es el libro de esta semana, indicar que este catecismo consta de 381 preguntas englobadas dentro de treinta y un capítulos. Cada uno de ellos acaba con unos Ejercicios y un Resumen. Y las últimas once páginas están dedicadas a unas Lecturas para niños, relacionadas con el campo, que rompen un tanto con la rigidez de preguntas y respuestas de todas las páginas anteriores.
Daniel Nagore fue autor, aparte ya de las publicaciones específicamente dirigidas a los escolares, de otras muchas de diferentes temas de agricultura.
© de los textos: José Antonio González de la Torre
© de los textos: CRIEME
© de las imágenes: CRIEME